Los servicios más tradicionales de instalación y mantenimiento de sistemas de protección contra incendios siguen y seguirán siendo absolutamente necesarios, no solo donde la normativa así lo exija, sino, y como estaremos todos de acuerdo, en hogares o cualquier otro tipo de instalación expuesta a sufrir un incendio y, por tanto, objeto de estar protegida ya sea por los bienes materiales que en ella existan o por las personas que residan y/o visiten la instancia.
Como venimos observando desde hace tiempo, ya son varios los países de Europa y el resto del mundo donde existe la obligatoriedad de instalar sistemas de detección de incendios en las viviendas y mantenerlos adecuadamente, incluso en muchas ocasiones se exige disponer de aquellos dedicados a la extinción. España no puede ni debe quedarse atrás si quiere continuar siendo un país de referencia en esta materia dentro de la Unión Europea.
Ahora bien, es evidente que los organismos públicos que regulan nuestro marco legislativo tienen un papel importante en la implantación de estas medidas, pero además de las mejoras normativas por parte de las entidades competentes, todos los ciudadanos debemos colaborar en algo realmente importante: la educación en materia de prevención y, como consecuencia, la concienciación a la hora de cubrir estas necesidades en lo que a protección contra incendios se refiere.
La cuestión es que en pleno siglo XXI no solo hay que tener en cuenta una simple modernización de las leyes vigentes sino también de los propios métodos utilizados, pues las herramientas convenciones de PCI por separado se quedan cortas hoy en día, donde todo lo que nos rodea es absolutamente tecnológico. Estos métodos no resultarán completamente eficaces si no se encuentran integrados con diferentes sistemas que permitan mantener atendido y a salvo constantemente aquello para lo que han sido instalados. Y es que la tecnología no solo nos facilita la vida, también ofrece una serie de comodidades, principalmente cuando se trata de seguridad y protección tanto de las personas como de los bienes inmuebles.