Partiremos de la premisa inicial de separar y definir los sistemas de seguridad pasiva y activa, entendiendo como PASIVA aquellos materiales, equipos y sistemas de seguridad de carácter físico o mecánico, que se pueden emplear o se emplean específicamente para la prevención y la protección ante riesgos y amenazas. Un claro ejemplo serían los sistemas de cierre mecánico o electrónico.
¿CÓMO Y CUÁNDO SURGIÓ LA CERRADURA?
Desde tiempos remotos el hombre sintió la necesidad de protegerse. Y ya, al cerrar con una enorme piedra la entrada de su caverna, dio origen, con ese rudimentario sistema, a un proceso de perfeccionamiento imparable a lo largo de siglos y siglos.
Al aumentar sus pertenencias, también aumentó el riesgo de sustracción, sucediendo así una verdadera batalla de ingeniosos mecanismos entre aquellos que defendían lo suyo y aquellos que trataban de apoderarse de lo ajeno. Pero fue miles de años después cuando los egipcios desarrollaron la primera cerradura moderna basada en unpasador horizontal de madera que, acoplado a la parte posterior de la puerta, se deslizaba por una tosca guía para encajar en un agujero que sepracticaba enla jamba. Para accionar dicho pasador desde fuera o liberarlo de los enganches, se necesitó un pedazo de metal curvo provisto de un mango recto, es decir: una llave primitiva, posteriormente desarrollada y perfeccionada por romanos y griegos.
Sin embargo, la gran evolución de los sistemas de seguridad no se produjo hasta el S. XVIII en Inglaterra, con la aparición de la cerradura de puerta. Poco tiempo duro la supremacía de los ingleses en esta materia, ya que allá por el 1851 el cerrajero norteamericano Alfred Hobbs estableció un desafío: él podría abrir toda cerradura inglesa pero nadie podría abrir una cerradura hecha por él, lo cual resultó cierto.
Por su parte, Linus Yale (retratista de oficio) se entregó de lleno a la perfección de los sistemas de apertura obteniendo en 1851 la patente de su primera cerradura para bancos y más tarde, en 1862, inventando la cerradura de cuadrante secreto o combinación. Así convirtió su apellido en un auténtico sinónimo de la palabra LLAVE.
No obstante, nuestro sabio refranero nos recordó que “No hay cerradura donde es oro la ganzúa”, entendiendo así que los sistemas pasivos, por sí solos, no garantizan nuestra total seguridad.
EL ORIGEN DE LOS SISTEMAS ACTIVOS
Por otro lado, encontramos los sistemas activos: Equipos y sistemas de seguridad de carácter electrónico empleados, desde un punto de vista activo, para que generen aviso de una alerta o alarma.
Su recorrido histórico es menor que el de los sistemas pasivos pero tecnológicamente más intenso, ya que los mayores proveedores de estos sistemas han sido los ejércitos, dando de lado el uso civil.
Curiosamente, uno de los primeros sistemas de CCTV fue usado por el ejército alemán en 1942. Pero no fue hasta los años 70 y 80 que se usaron en entornos civiles para evitar robos o para el control de masas. Se popularizó en los 90 gracias a la instalación en entidades bancarias.
Es por ello que hemos pasado de los originarios Sistemas de Alarmas por relés y Sirenas Autoalimentadas, que sonaban y sonaban sin cesar, a los actuales Sistemas de Intrusión basados en Grado 2 y 3, o bien con herramientas de video inteligente, cámaras térmicas, barreras de microondas, cableado GPS o comunicaciones seguras, que avanzan a un ritmo vertiginoso .
Así, después de este viaje por el tiempo y siendo este el único garante de nuestra seguridad, deducimos que la unión entre medidas activas y medidas pasivas dan como resultado el tiempo de reacción necesario para poner en marcha los protocolos y planes de autoprotección que correspondan a cada situación.
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