La semana pasada se celebró la #HomeFireSprinklerWeek, una campaña a nivel mundial que pretendía concienciar sobre las ventajas de disponer de rociadores automáticos o sprinklers en los hogares, ya que se trata de uno de los sistemas más eficaces y fiables de todos los que componen la protección contra incendios. En este sentido, la eficacia de un rociador se estima en el 96% y la instalación de rociadores en los hogares disminuye el riesgo de morir en un incendio en un 82%.
Para aquellos que aún no lo sepan, el sistema de rociadores es una red hidráulica presurizada con agua y boquillas de descarga que detecta un conato de incendio debido a la subida de la temperatura del ambiente, fundiendo entonces un fusible mecánico que deja de hacer presión y permite la descarga de agua, extinguiendo así el fuego.
La cuestión es que, a pesar de su alta eficacia, la instalación de este tipo de sistemas en hogares españoles aún está poco extendida si se compara con EEUU o Europa. Se calcula que sólo aproximadamente el 1% cuenta con ellos. Relacionado con esto, hace unas semanas hablábamos del informe “¡Fuego! Los incendios asegurados en 2019-2020”, en el que se concluía que el 71% de los incendios ocurridos en dicho periodo fueron en hogares.
¿Por qué no existe una mayor concienciación en nuestro país?
Partiendo de la base de que algunos edificios residenciales (aquellos construidos con anterioridad a 1996) no están obligados por normativa a disponer de extintores de incendios en las zonas comunes y que no existe una legislación vigente que trate la instalación de sistemas de detección en viviendas, por muy aconsejable que sea la colocación de ambos, la disposición de rociadores en el hogar parece algo prácticamente imposible en la actualidad.
Por fortuna, comienza a darse un cambio de tendencia, pues hace unos meses se aprobó la Norma, UNE-EN 16925:2020 – Sistemas fijos de lucha contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos residenciales. Diseño, instalación y mantenimiento, donde se especifican los requisitos y recomendaciones para el diseño, instalación, suministro de agua y prevención de los reflujos, puesta en marcha, mantenimiento y ensayo de los sistemas fijos de rociadores automáticos en los edificios residenciales, es decir, aquellos utilizados con fines habitacionales (residencias, edificio de apartamentos hasta 18 m de altura, centro asistencial, alojamiento para estudiantes, pequeños hoteles, etc.).
Después de esto, el reto está en que los gobiernos europeos legislen a favor de instalar rociadores automáticos en edificios de más de 28 metros de altura, sin importar cual sea su actividad: residenciales, oficinas, hospitales…
Ventajas de la instalación de rociadores
- La posibilidad de abaratar el seguro del hogar al tener una alta protección, así como la bajada del IBI, ya que la comunidad necesita invertir menos, tanto en personal de extinción como en el trazado urbanístico para la entrada del coche de bomberos en urbanizaciones que están aisladas.
- Los beneficios medioambientales: al apagar el incendio desde el inicio, se evitan gases de efecto invernadero, se ahorra agua. Además, el agua utilizada es corriente, de modo que no se encuentra tratada con productos tóxicos para el medioambiente.
- Las nuevas tecnologías en rociadores facilitan y abaratan la instalación, impiden fugas y son más decorativos.
- La tecnología es tan fiable que funciona en el 96 % de los casos, y no requiere alimentación eléctrica para activarse.
Fuentes: Tecnifuego Interempresas
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