El 11 de diciembre de 1973, los obreros de Tapicería Bonafonte (situada en la calle Rodrigo Rebolledo del barrio de las Fuente, en Zaragoza) acudieron a su puesto de trabajo a las 8 de la mañana, como de costumbre.
Pero ese día no sería igual que el resto. Poco después de iniciar su jornada laboral, se desencadenó una tragedia: una explosión hizo que todo el local (de unos mil metros cuadrados) se viera envuelto en llamas debido a la cantidad de material inflamable que allí se almacenaba (plásticos, tela, cola, pintura, madera…).
Al tratarse de un sótano sin salida de emergencia, solo podían escapar por la puerta principal, pero las persianas de cierre metálico estaban echadas y no era posible levantarlas a causa de la presión interior generada por la explosión y por el humo.
Bomberos, ambulancias y Cruz Roja acudieron al lugar de los hechos, pero el rescate era extremadamente complicado. Hubo que recurrir a potentes compresores para abrir un boquete en la cimentación del edificio y proceder a la extinción y salvación de los trabajadores.
Lamentablemente, 23 de ellos perdieron la vida.
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