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¿Hielo y fuego al mismo tiempo?

¿Un incendio forestal a 12º de temperatura?

Suena extremadamente extraño, pero lo cierto es que está sucediendo. El pasado 31 de Julio los satélites de la NASA detectaron un incendio en Groenlandia, a unos 150 kilómetros al noreste de la ciudad de Sisimiut, que fue corroborado días después (el 8 de Agosto) por la Agencia Espacial Europea.

Por todos es sabido que la mayor parte de esta región está cubierta por una densa capa de hielo, pero en verano algunas zonas costeras se liberan dejando a la vista pueblos y vegetación.

La cuestión es que el cambio climático ha producido unas temperaturas relativamente altas. Ruth Mottram, del Instituto Meteorológico de Dinamarca, indicó que «está siendo un verano muy seco en el sur. La temperatura media de julio ha sido de 7,1 °C comparada con la media de 6,3 °C en julio entre 1961 y 1990. Esta tendencia continúa en agosto«. Ello ha propiciado la propagación del fuego, cuyo origen podría deberse a dos circunstancias: el impacto de uno o varios rayos durante una tormenta eléctrica, o la actividad humana.

Los científicos de todo el mundo están intrigados y alarmados con el suceso. Y no solo por la descongelación que produce el fuego en sí, si no porque los incendios forestales liberan hollín y carbón en la atmósfera que derriten la nieve y el hielo cuando aterrizan. Tal deshielo en el permafrost está previsto en los modelos de cambio climático, pero para finales de siglo. “Este incendio indica que existe una degradación significativa del permafrost antes de lo que se pensaba”, dice Jessica McCarty, de la Universidad Miami (Ohio, EE UU).

En plena época de calor veraniego y de los ya comunes incendios forestales, a muchos les surgirá la duda acerca de cómo actuar si, conduciendo su vehículo, se encuentran un incendio en los alrededores de la carretera por la que circulan. Por ello, Grupo Eurofesa quiere facilitar una serie de recomendaciones que ayudarán al conductor ante una situación como la citada:

Sin duda alguna, lo primero que se debe hacer es detener el vehículo y poner las luces de emergencia para avisar al resto de coches que vengan detrás, puesto que de lo contrario el calor de las llamas podría traspasar al interior, afectando a las personas que se encuentran en él, además de que la nube de humo no suele permitir ver lo que hay detrás de la misma, pudiendo ocasionar una colisión en cadena.

Una vez parados en la calzada, es importante realizar una llamada al servicio de emergencias, 112, para notificar lo sucedido.

En caso de que las llamas comiencen a avanzar hacia el lugar donde te has detenido, abandona el coche inmediatamente e intenta ponerte a salvo, siempre dirigiéndote en dirección contraria al viento; cúbrete las vías respiratorias con un pañuelo y envuelvete en ropa (mantas, sábadas, etc.) de lana u algodón, nada de plásticos puesto que se prenden con mayor facilidad; no pierdas tiempo en coger nada, mucho menos si se trata de mochilas, bolsos o maletas de plástico o material sintético.

Pero si el fuego rodea el coche antes de que hayas podido salir de él, para el motor rápidamente y túmbate en el suelo como puedas, cubriéndote con una manta o alguna prenda de lana o algodón. Si estás en un lugar despejado, las llamas pasarán deprisa. En este sentido, no debes tener miedo porque el fuego haga explotar el depósito de gasolina, ya que se necesita más tiempo del que suelen tardar en avanzar las llamas. Una vez que el incendio haya sobrepasado el vehículo, sal corriendo del coche y ponte a salvo en dirección opuesta a la que avanza el fuego.

Fuente: Autobild.es

Según un estudio realizado por la Universidad de Porto en colaboración con el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) y publicado en la revista PlosONE, en el que se analizó el comportamiento de 274 especies de animales ante el fuego, las hormigas y los saltamontes son los animales que mejor resisten los efectos del mismo.

De este modo, las especies omnívoras soportan mejor los incendios porque pueden adaptar su dieta a los recursos disponibles después de que el fuego haya calcinado la zona.

Un equipo de especialistas del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena (California) se ha aliado con distintas organizaciones y empresas para crear FireSat, un sistema de detección de fenómenos térmicos como pueden ser los incendios forestales a través de sensores instalados en satélites. Con ello se quiere equipar más de 200 satélites para detectar tanto los incendios como erupciones volcánicas o quema ilegal de gases.

Lo cierto es que la NASA ya tiene un sistema similar colocado en el espacio desde hace tiempo, pero presenta importantes limitaciones pues sólo puede detectar incendios dos veces al día (entre otras cosas). Por el contrario, FireSat ofrece la posibilidad de detectar un nuevo incendio 15 minutos después de que haya comenzado, enviando datos a las primeras unidades de respuesta que se encuentren en el área del fuego en unos tres minutos.

Pero, ¿cuándo comenzará a estar operativo este sistema? De momento se sabe que será un proceso complejo y laborioso, por lo que se espera que no esté en funcionamiento hasta 2018.

Caso curioso

En Australia, el instructor Simon Maddock, de la Charles Darwin University, fue capaz de salvar su casa de un incendio forestal gracias al teléfono móvil. Este hombre se encontraba en Hamley Bridge, bastante lejos de su lugar de residencia, pero logró ver que el fuego se estaba acercando a la vivienda gracias a las cámaras de seguridad de la zona a través del móvil.

Al no disponer de tiempo para llegar, decidió hacer algo al respecto con la ayuda de la tecnología: abrió una aplicación que tenía en su teléfono, la cual le permitía controlar de forma remota los aspersores de agua que tenía en el césped, y aunque Maddock no logró salvar su plantación de maíz, gracias a la domótica fue posible que ni su casa ni sus animales sufrieran daño alguno.

Unos investigadores brasileños han diseñado un producto que, mezclado con agua, actúa como bloqueante de las llamas de un incendio, consiguiendo que este se detenga, independientemente de su magnitud, con la ventaja además de que es 100% biodegradable. Por ello, la flora y la fauna (y en general, todo lo que hay bajo la protección del producto) queda totalmente impenetrable y no se ve afectado como ocurre con la utilización de otros.

Hasta ahora, las herramientas empleadas tenían una base hecha de polifosfato amónico (sustancia tóxica para personas, plantas y animales), que junto al calor provocado por el fuego, la estabilidad química de dichos productos se rompía y liberaba nitrógeno. Al pesar mucho más que el oxígeno, este desaparecía y la llama se extinguía.

Esta innovadora sustancia se vende por litros a las empresas y se mezcla con agua para poder aplicarlo en cualquier superficie. El gasto de sustancia por cada litro es considerablemente reducido porque que, según afirma Pedro Outerelo (consejero delegado de Fire Limit), “con el 3% del líquido en agua se ha conseguido parar el fuego aunque la efectividad únicamente es retardante no de bloqueante. Sin embargo, a partir del 6% de líquido mezclado con agua ya sería bloqueante”.

Aquí os dejamos un vídeo del experimento que hizo Fire Limit para demostrar su eficacia:

El Colegio de Ingenieros Forestales denuncia que la mayoría de las urbanizaciones o poblaciones españolas que se encuentran rodeadas de vegetación forestal no tienen un plan de autoprotección contra incendios, a pesar de que tanto a nivel europeo como nacional y autonómico en España hay diferentes normativas que obligan a disponer de uno, con el objetivo de luchar eficazmente contra el fuego en caso de incendio, evacuar de forma segura a los habitantes de la zona y salvar las propiedades sin poner en peligro la vida de los bomberos.

Sin embargo, la falta del mismo supone un gran cambio en las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción, pues la prioridad pasa a ser las personas, luego los bienes materiales y por último la vegetación, suponiendo un elevado riesgo para los montes y bosques de nuestro país.

Por ello, el Colegio defiende la importancia y necesidad de que las urbanizaciones estén preparadas para autoprotegerse a través de planes realizados por profesionales forestales. Estos planes establecen una evaluación de riesgos, las acciones preventivas, las formas de vigilancia y alarma, los medios materiales y humanos necesarios en caso de incendio, las medidas de evacuación y la planificación ante una emergencia.

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Fuente: Autobild.es

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