Fijaos que importancia tienen los temas de seguridad que hasta Loterías y Apuestas del Estado se ha inclinado por elegir a un vigilante de seguridad como protagonista de la campaña publicitaria del tradicional sorteo de Navidad.
La historia se desarrolla en una fábrica de maniquíes en la que Justino, el protagonista, trabaja como vigilante nocturno. En el spot, puede verse incluso cómo Justino hace uso de las cámaras de videovigilancia para mantener las instalaciones bajo control.
Para hacer más llevaderas sus jornadas laborales, Justino interactúa con los muñecos, les da vida, y con ellos prepara sorpresas con las que alegrar las mañanas a sus compañeros. Mientras tanto, sus compañeros van dejando sus nombres en la lista de la lotería de Navidad que se aproxima. Pero Justino, enfrascado en sus maniquíes, se olvida de apuntarse.
La fábrica resulta agraciada con el premio Gordo, pero Justino no lleva ningún décimo. Sus compañeros, en recompensa a los esfuerzos que hacerlos un poco más felices cada mañana, le regalan un billete premiado.
Sobre el autor